Se agudiza la crisis en Venezuela

25/02/2019

El director general de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento, anunció el pasado sábado el cierre de todos los pasos fronterizos con Venezuela en el departamento de Norte de Santander los días 24 y 25 de febrero para evaluar los daños ocasionados durante el envío de ayuda humanitaria.

"La medida, que fue tomada por el presidente de la República, Iván Duque Márquez, obedece a la necesidad de evaluar los daños ocasionados a las instalaciones gubernamentales establecidas en la zona de frontera de Norte de Santander" este sábado, dijo Krüger en un comunicado. 

La decisión se toma luego del intento fallido por ingresar 600 toneladas de medicina y alimentos al país vecino por la zona de frontera entre Colombia y Venezuela. 

Recordemos la imagen dolorosa de los camiones quemándose con la ayuda humanitaria que portaban; la brutal represión contra los miles de voluntarios que acompañaban las caravanas, el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre Caracas y Bogotá y la deserción de al menos 60 efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía marcaron la histórica jornada de este sábado en la que el presidente encargado del país vecino, Juan Guaidó, no logró hacer ingresar la ayuda humanitaria para, según él, salvar la vida de unos 3,2 millones de venezolanos.

Al final de la tarde, el régimen de Nicolás Maduro lograba resistir, al menos de momento, la presión de miles de venezolanos en el área de frontera que no lograron fracturar la unidad de la Fuerza Armada, pero a un costo altísimo: al menos 14 muertos (en la frontera con Brasil), según el diputado Américo de Grazia casi 300 heridos, y consolidar una imagen de represor, de violador de los derechos humanos y de indolencia ante las necesidades de su pueblo.

En la mañana, en el centro de acopio del puente internacional de Tienditas, el presidente colombiano, Iván Duque, había hecho entrega oficial de la ayuda humanitaria a Guaidó, mientras les pedía a los militares de ese país "ponerse del lado correcto de la historia" y permitir la entrada de las caravanas con los insumos médicos y los alimentos. 

En la tarde, el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, pedía el regreso de los camiones. 

Pero desde más temprano, a eso de las 5:45 de la mañana, al menos tres pelotones de la Guardia Nacional venezolana -unos 150 soldados- se desplegaron desde el lado venezolano del puente Simón Bolívar hasta el centro de San Antonio, en el estado Táchira, una de las ciudades más cercanas a la frontera, para responder a la orden de cierre de frontera emitida por el régimen de Nicolás Maduro la noche del viernes. 

"¡Guardia, amigo, el pueblo está contigo!", les gritaban los primeros manifestantes a los guardias nacionales, pero solo lograron que estos bajaran los escudos momentáneamente, pues pronto comenzaron los disparos de bombas lacrimógenas. Un grupo de manifestantes respondió lanzando piedras y botellas.

La refriega se mantuvo durante un par de horas hasta que decenas de motorizados, conocidos como 'colectivos' y que constituyen la banda armada paramilitar del régimen de Maduro, comenzaron a disparar balas al aire. Estos avanzaban con los rostros encapuchados y algunos caminaban detrás de pequeños grupos de guardias.

Las rondas de disparos disuadieron al grueso de los manifestantes opositores; sin embargo, muchos se acercaron por calles paralelas hasta la entrada del puente, donde la refriega de los opositores se realizaba a punta de piedras y en medio del escozor de los gases.